El entendimiento progresivo sobre el uso médico de las fracciones de sangre está afectando la salud física de muchos

21.10.2012 16:46

 

El entendimiento progresivo sobre el uso médico de las fracciones de sangre

 

La Sociedad Watchtower califica como “apóstatas” a ex miembros de su organización que critican sus doctrinas y políticas eclesiásticas y las exponen públicamente. Sin embargo, gracias a estos “apóstatas” se han podido hacer públicos los graves errores históricos de la Sociedad Watchtower. Para evitar que los miembros activos de esta organización (testigos de Jehová activos) se informen de las contradicciones de esta organización a la que sirven, leamos cómo su cuerpo gobernante les advierte que eviten cualquier información contraria a ellos, en la Atalaya del 15 de Febrero del 2004, páginas 15-20, párrafos 9 y 10 :

¿Cómo podemos protegernos de los engaños de los apóstatas? Siguiendo este consejo de la Palabra de Dios: “Vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y [evítenlos]” (Romanos 16:17). Los ‘evitamos’ al no prestar oído a sus razonamientos, sea que los expresen en persona o mediante la letra impresa o Internet. ¿Por qué adoptamos tal postura? En primer lugar, porque la Palabra de Dios lo manda, y sabemos que Jehová siempre desea lo mejor para nosotros (Isaías 48:17, 18).

10 En segundo lugar, porque amamos a la organización que nos ha enseñado las preciosas verdades que tanto nos distinguen de Babilonia la Grande. Al mismo tiempo, reconocemos que el conocimiento que tenemos del propósito divino no es perfecto, sino que nuestro entendimiento espiritual ha ido ajustándose en el transcurso de los años. A los cristianos leales no nos incomoda esperar a que Jehová nos revele todos esos cambios (Proverbios 4:18). Mientras tanto, no abandonamos la organización que a Dios le complace usar, pues vemos pruebas irrefutables de su bendición sobre ella (Hechos 6:7; 1 Corintios 3:6).

Noten cómo el cuerpo gobernante trata de amortiguar informaciones históricas que revelen cambios doctrinales perjudiciales que hayan sido de su iniciativa. Note también que usan a Dios y su nombre sagrado para justificar estos cambios como un entendimiento progresivo. La verdad es que los miembros nuevos no conocen algunos cambios doctrinales pasados, y cuando se enteran de estos, generalmente abandonan la organización. La verdad es que estos "cambios" son correcciones de errores graves en las doctrinas de la organización de los testigos de Jehová que revelan que ellos no están guiados por Dios. Por ejemplo, en la prohibición del uso de la sangre en aplicaciones médicas la Sociedad Watchtower ha mudado de opinión más de una vez, perjudicando la salud de sus miembros. Originalmente, en 1944, se prohibió a los testigos de Jehová todo uso de la sangre, tal como transfusiones sanguíneas y productos derivados de la sangre.

En la edición en Inglés de la revista ¡Despertad! (Awake) del 8 de Setiembre de 1956 en la página 20, se publicó un artículo corto que titulaba “Blood Fractions or Substances” (Substancias o Fracciones Sanguíneas), en donde se mencionaba el novedoso uso de las fracciones de sangre para uso médico. Mostraremos una porción traducida de éste artículo:

 

Podemos ver que la Organización no sólo conocía hace mucho tiempo el método de extraer fracciones de sangre, sino que era contraria al uso de éstas. Note que la ¡Despertad! declaró que éstas fracciones, tal como la albúmina, están prohibidas por la Biblia (aunque la Biblia nada dice al respecto). Es decir, en 1956, un testigo de Jehová no podía medicarse con albúmina o cualquier fracción de sangre. De ésta manera, los líderes de los testigos de Jehová imponían en 1956 que la Biblia prohibía todas las fracciones de sangre. No obstante, la Atalaya de 15 de Septiembre de 1958, Pág. 575 (en inglés) dijo:

“¿Debemos considerar la inyección de suero sanguíneo tal como antitoxina toxina de difteria y las fracciones de sangre como la gammaglobulina en la corriente sanguínea, con el propósito de crear resistencia a enfermedades por medio de anticuerpos, como lo mismo que ingerir sangre o tomar transfusiones de sangre o plasma?.

No, no parece necesario que los pongamos en la misma categoría, aunque lo hayamos hecho algún tiempo atrás. Mientras Dios no tuvo la intención de que el hombre contamine su torrente sanguíneo con vacunas, sueros o fracciones de sangre, el hacer esto no parece que se incluya en la expresa voluntad de Dios de prohibir la sangre como alimento. Por consiguiente, debe dejarse como un asunto de juicio individual el aceptar o no, tal medicación.”

Note que sin pedir disculpas, los líderes de la Sociedad Watchtower reconocieron que "algún tiempo atrás", antes de 1958, ellos habían prohibido  fracciones sanguíneas para uso médico y ahora las estaban permitiendo para sus miembros. Contradictoriamente, tres años después se vuelven a considerar pecaminosas todas las fracciones de sangre en la Atalaya (en Inglés) del 15 de Setiembre de 1961, en las páginas 558-599:

En vista del énfasis puesto sobre el uso de la sangre en el mundo médico, constantemente están siendo recomendados nuevos tratamientos en que está envuelto su uso. Pero prescindiendo de que sea sangre íntegra o una fracción de la sangre, de que sea sangre tomada del propio cuerpo de uno o tomada de alguna otra persona, de que se administre como una transfusión o como una inyección, aplica la ley divina. Dios no ha dado al hombre la sangre para que la use como pudiera usar otras sustancias; él requiere respeto a la santidad de la sangre.

Es evidente que estas declaraciones son muy confusas e inestables para quien habría leído el artículo de hacía tres años. De cualquier manera, esta era una nueva desinformación proveniente de los propios líderes de la organización, la cual perjudicaría la salud de los testigos que ahora rechazarían cualquier fracción sanguínea para uso médico.

Un caso infame es cómo los líderes de la Sociedad Watchtower trataron a los hemofílicos desde 1975 hasta 1978. La revista Despertad! del 22 de Abril (22 de Febrero en la edición inglesa) de 1975, en la página 30, dijo respecto del tratamiento contra la Hemofília:

Peligros del tratamiento hemofílico

Ciertos “factores” coagulantes que se derivan de la sangre ahora se usan extensamente en el tratamiento de la hemofilia, una enfermedad que causa una irrefrenable fluidez de la sangre. No obstante, los que reciben este tratamiento corren otro riesgo mortífero: el semanario médico suizo Schweizer Med Wochenschrift informa que casi el 40 por ciento de los 113 hemofílicos estudiados padecían de hepatitis. “Todos estos pacientes habían recibido sangre total, plasma, o derivados de sangre que contienen [los factores],” observa el informe. Por supuesto, los cristianos verdaderos no aceptan este tratamiento potencialmente peligroso, porque prestan atención al mandato bíblico de ‘abstenerse de la sangre.’—Hech. 15:20, 28, 29.  

 

De esta manera el cuerpo gobernante de los testigos de Jehová le dijo a sus miembros que tuvieran hemofília, que si querían ser verdaderos cristianos, no deberían someterse a ese tratamiento que usa factores de coagulación. Con toda certeza, los testigos de Jehová hemofílicos siguieron fielmente esta advertencia a partir de 1975 y probablemente algunos murieron en obediencia a su cuerpo gobernante. Sin embargo, tres años después, la Atalaya  del 15 de Noviembre (15 de Junio en la edición inglesa) de 1978 dijo en la página 31:

 

Sin embargo, ¿qué hay de aceptar inyecciones de sueros para combatir la enfermedad, como las que se emplean para la difteria, el tétano, la hepatitis de virus, la rabia, la hemofilia y la incompatibilidad de Rh? Parece que esto cae dentro de una ‘zona gris.’ Algunos cristianos creen que el aceptar con tal propósito una pequeña cantidad de una sustancia derivada de la sangre no sería una manifestación de falta de respeto a la ley de Dios; su conciencia permitiría tal cosa. (Compare con Lucas 6:1-5.) Otros, no obstante, se sienten obligados por su conciencia a rehusar los sueros porque contienen sangre, aunque solo una cantidad minúscula. Por eso, hemos adoptado la posición de que esta cuestión tiene que ser resuelta por cada individuo personalmente.  

 

De esta forma los hemofílicos ya podían decidir por sí mismos la aplicación de factores de coagulación derivados de la sangre. Ya no serían llamados de falsos cristianos si lo hicieran. No obstante, si alguno murio, o se vio perjudicado en su salud, durante los tres años que el cuerpo gobernante los prohibió, nunca recibio la disculpa pública correspondiente. Raymond Franz, ex miembro del cuerpo gobernante de los Testigos de Jehová relató lo que sucedió con este asunto relacionado con los hemofílicos:

 

Como ilustración de los problemas que pueden surgir, aún en los casos en los que se hubiera cambiado alguna norma antigua, consideremos la posición asumida con respecto a los hemofílicos y la utilización de partes del tejido sanguíneo (como el Factor VIII, con propiedades de coagulación) para controlar hemorragias con

desenlace fatal. Durante muchos años la contestación a las preguntas que los hemofílicos enviaban a las oficinas centrales de la organización o a las sucursales era que, si era cuestión de una única vez, el aceptar tales partículas se consideraba permisible, como si se tratara de un tratamiento con “medicación”. Pero, si se hacía eso mismo más de una vez, entonces era considerado como un “alimento” a base de aquellas partes de la sangre y, en consecuencia, se estaría violando el mandato bíblico de abstenerse de sangre. Años más tarde aquella norma cambió. Los miembros de las oficinas centrales dedicados a contestar la correspondencia eran conscientes de que en el pasado habían enviado cartas con instrucciones opuestas y que los hemofílicos que habían hecho uso de la “única vez” permitida para inyectarse aquellas fracciones de la sangre podían continuar influenciados al grado de que al inyectarse otra vez temieran estar violando el mandato bíblico. Podrían exponerse a morir desangrados por mantener esa posición. La administración era contraria a exponer de manera impresa la nueva postura, ya que tampoco la posición anterior lo había sido, puesto que tan sólo se trataba de comunicación directa con las personas que habían solicitado información. Hacer público algo requería una explicación de cuál había sido la postura anterior y declararla como algo que ya no estaba en vigor. Una cosa así no parecía lo más aconsejable. Así que los miembros del personal afectados se dedicaron a buscar diligentemente en sus archivos para encontrar los nombres y la dirección de las personas que habían solicitado información, de modo que se les envió una carta en la que se les daba cuenta del cambio. Los responsables de la correspondencia se sintieron aliviados al obrar de esa manera. Luego se dieron cuenta de que muchas preguntas habían sido hechas por teléfono y no quedaba constancia de aquellas llamadas y no tenían medios para saber a qué hemofílicos les habían trasladado la información obsoleta. Si, en el ínterin, entre la posición ya abandonada y el nuevo criterio, alguno de ellos había muerto, no tenían medio de saberlo. Si algunos con los que no pudieron entrar en contacto hubieran muerto por mantenerse fieles a la vieja norma vieja, tampoco lo sabrían. Sólo eran conscientes de haber seguido instrucciones en obediencia leal a sus superiores en la organización. Este cambio en la normativa se llevó a cabo oficialmente en la sesión del Cuerpo Gobernante del 11 de junio de 1975. Pero no fue sino hasta tres años después, en La Atalaya del 1 de noviembre de 1978 (The Watchtower del 15 de junio de 1978), cuando finalmente se publicó de manera impresa, si bien expuesto de una manera un tanto oscura y, por alguna extraña razón, junto al asunto de las inyecciones de suero para combatir las enfermedades (en tanto que la hemofilia no es una enfermedad, sino un defecto hereditario). Pero no acababa de representar un reconocimiento pleno de que se trataba de un cambio de la doctrina anterior con relación al uso múltiple de fracciones de sangre por los hemofílicos. (Crisis de Conciencia, segunda edición; Raymond Franz)

 

El lector puede notar la gran falta de sensibilidad de la mayoría del cuerpo gobernante. De hecho son responsables por aquellos que murieron por obedecer sus inestables puntos de vista. Noten que a los hemofílicos se les informó en la Despertad del 22 de Mayo de 1975 que era anticristiano usar factores de coagulación, tal como el Factor VIII, pero ya el 11 de Junio el cuerpo gobernante había considerado permisible el uso de ésta sustancia. No obstante, esperaron hasta Noviembre de 1978 para hacerlo público oficialmente en la revista La Atalaya. ¿No es ésta una actitud miserable?

Y ahora leamos en parte lo que dice la Atalaya del 15 de Junio del 2004, en respuesta a una pregunta de los lectores en las páginas 29-31:

¿Aceptan los testigos de Jehová fracciones menores de la sangre? …..La respuesta fundamental es que los testigos de Jehová no aceptamos sangre. Creemos firmemente que la ley de Dios sobre la sangre no está sujeta a reformas para adecuarla a opiniones cambiantes. No obstante, surgen cuestiones nuevas porque ahora la sangre puede procesarse y es posible extraer cuatro componentes principales y fracciones de estos componentes.........Todo lo antedicho indica que los testigos de Jehová rechazan las transfusiones tanto de sangre completa como de sus componentes primarios. La Biblia ordena a los cristianos que ‘se abstengan de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de fornicación’ (Hechos 15:29). En cambio, cuando se trata de fracciones de los componentes principales, cada cristiano, tras meditar profundamente y con oración, debe tomar su propia decisión en conformidad con su conciencia.

 

Note la sutíl desinformación de esta edición de la Atalaya del año 2004. Dicen que la ley de Dios en el asunto de la sangre no está sujeta a reformas. Esta una afirmación deshonesta, ya que, considerando los cambios mencionados en las diferentes publicaciones pasadas que hemos citado anteriormente, vimos que su postura sí mudó en más de una ocasión.  ¿No fueron opiniones cambiantes los tratamientos con factores de coagulación para tratar la hemofília?. Otra mentira es decir que éste asunto de usar fracciones es algo nuevo. Hemos visto que la Watchtower trató este tema en 1956 cuando el tratamiento con fracciones sanguíneas estaba en sus inicios, y sin embargo, la Watchtower se opuso al uso de cualquier fracción de sangre.

Ahora pregúntese: ¿Hay alguna diferencia teológica entre componentes sanguíneas y fracciones sanguíneas?. ¿No debería el cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, dejar todas estas fracciones o componentes a  libre elección de sus miembros y así evitar pérdidas de vidas innecesariamente?.