El Logos, ¿un dios o Dios?

 

 

Juan 1:1 es uno de los versículos de la Biblia que más controversias ha generado. Esto se debe principalmente que en este pasaje se clalifica al Hijo de Dios (La Palabra) con el adjetivo griego "theos" (dios o Dios). Mientras que muchos afirman que se debe considerar como Dios mismo, otros como los testigos de Jehová dicen que es "un dios" (otro dios). Las implicaciones teológicas en ambos casos son profundas, porque por un lado, se declara un solo Dios, y por el otro "dos dioses", donde uno es superior a otro.

 

Veamos lo que dice el texto griego de Juan 1:1

 

 

Para quienes no conocen el Griego Bíblico, es importante explicar que los sustantivos, así como los artículos (artículo masculino "el", el femenino "ella", y el artículo de género neutro que no existe en Español), mudan su forma según la función que cumplen en la oración. Por ejemplo, si usted escribe "el dios" como sujeto de una oración, estamos en el caso nominativo, cuya morfología es "ho theos". Por otro lado, si usted usa "el dios" como objeto directo (caso acusativo), la morfología cambia y se dice "ton theon". Es decir, tanto el artículo definido "ho" como el sustantivo "theos", cambian a "ton" y "theon" cuando funcionan como objetos directos (caso acusativo). Por ejemplo, la preposición griega "pros" significa "con" o "próximo a"; entonces, cuando se dice "La Palabra estaba con el Dios" esto se escribe "ho logos hn pros ton theon", donde "ho logos" está en el caso nominativo (sujeto) y "ton theon" en el caso acusativo (objeto directo). Si al contrario quisiéramos decir que "Dios estaba con la Palabra" debemos escribir "ho theos hn pros ton logon".

 

Existen también las oraciones copulativas, en las que dos sustantivos en caso nominativo son enlazados por el verbo "ser" (es, era, que en Griego es: estin y hn, respectivamente). Tenemos entonces, sujeto en nominativo y predicado en nominativo. Este es el caso de la última sentencia de Juan 1:1 donde se dice que "theos hn ho logos", que quiere decir que "theos era la Palabra". Algo que debe mencionarse es que en Griego el sujeto no siempre va antes del predicado. El Griego tiene mayor libertad para colocar el orden del sujeto y el predicado. No hay una regla definida para esto. Por ejemplo, significa lo mismo decir "ho logos hn theos" (La Palabra era theos) que decir "theos hn ho logos" (theos era La Palabra), o "ho logo theos hn" (el logos theos era). En Español sabemos que esto no es así, ya que el sujeto se coloca primero, y el predicado después del verbo. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo identificar al sujeto?. La respuesta es: por el sustantivo que lleva el artículo definido. En el caso de "theos hn ho logos", "ho logos"(La Palabra) es el sujeto y "theos"(dios) es el predicado. Esto quiere decir que "La Palabra es theos" y no "theos es La Palabra". Es decir, "theos" es un adjetivo que califica a "La Palabra", y no "La Palabra" lo que califica a "theos". Por ejemplo, en 1 Juan 1:5 tenemos :

 

Vemos que "ho theos fos estin" se traduce como "Dios es luz", pero el orden del sujeto, del verbo y del predicado no se presenta conforme a lo acostumbrado en Español. Sin embargo, tenemos dos sustantivos en nominativo que están enlazados por el verbo copulativo "estin" (es). El sujeto será identificado por quien tiene el artículo definido; y en este caso vemos que "theos" es el sujeto y "luz"(fos) el predicado. Esto implica que "Dios es luz" y no que "La Luz es Dios". Es decir, "Dios tiene la cualidad iluminadora de la luz" o que "Dios tiene la naturaleza de la luz" o "Dios es cualitativamente luz", en el sentido de que es iluminador.

 

Existen sentencias copulativas enlazando a dos sustantivos en nominativo donde ambos poseen artículo definido. En este caso los dos sustantivos son equivalentes, es decir, iguales. Por ejemplo, tenemos Mateo 13:38 

                                       

 ho agros estin ho kosmos

 

"ho agros estin ho kosmos" significa "el campo es el mundo". Esto implica que en la parábola relacionada, Jesús nos dice que "el campo es el mundo" y "el mundo es el campo". Si la última sentencia de Juan 1:1 hubiera sido escrita tal como "ho theos hn ho logos" (El Dios era La Palabra), esto implicaría que "Dios" y "La Palabra" serían idénticos, la misma persona. No obstante, no fue así como fue escrito, porque lo que Juan quería decir era que "La Palabra" no era el mismo que "ho theos" (Dios), sino lo mismo que que "ho theos", a saber, "theos".

 

¿Cómo traducir esto a nuestro lenguaje? Esto dependerá de cómo interpretamos el adjetivo "theos" en cuanto a cualidad para "La Palabra" (ho logos). El problema ya no es sólo linguístico, sino filosófico y teológico. Porque hay dos problemas que surgen al traducir esta sentencia al Español. La traducción de las Iglesias ortodoxas es:

 

"La Palabra era Dios"

 

Esta es una traducción literal que considera a "theos" sin artículo, no como si fuera el mismo que "ho theos" (Dios el Padre), sino como una esencia o sustancia suprema que es compartida por "ho logos" y "ho theos", y esta esencia es "Dios". No obstante el lector en lengua española que no está enterado del detalle en lengua Griega de lo que implica la diferencia funcional del "theos" con artículo "ho", con el "theos" sin artículo, puede caer en el error de creer que "La Palabra" que estaba con "Dios"(ho theos) es la misma persona que "ho theos".

 

Por otro lado, tenemos la traducción de la Biblia de los Testigos de Jehová, la Traducción del Nuevo Mundo. En esta traducción Juan 1:1c dice así :

 

"La Palabra era un dios"

 

Sin embargo, el artículo indefinido masculino "un" no existe en Griego Bíblico. No existe ningún artículo indefinido (tal como un, unos, una, unas). No obstante, en este idioma Griego a veces los pronombres indefinidos adquieren la función de nuestros artículos indefinidos. Por ejemplo, en Griego se tenía el pronombre indefinido masculino "tis"; y el numeral masculino "uno" :"heis". Veamos algunos ejemplos donde éstos funcionaban como nuestro artículo indefinido "un":

 

"Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno (heis) de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús" (Biblia de Jerusalén, Juan 1:40)

 

"Un (tis) joven seguía a Jesús...."(Biblia Latinoamericana; Marcos 14:51)

 

"Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un (tis) hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo;" (Reina Valera 1960; Lucas 8:27)

 

"Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un (tis) sacerdote llamado Zacarías..."(Reina Valera 1960; Lucas 1:5)

 

Aconteció que estaba Jesús orando en un (tis) lugar, y cuando terminó, uno (tis) de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos". (Reina Valera 1960; Lucas 11:1)

 

 

 

Entonces, si Juan hubiera querido decir que "La Palabra era un cierto dios", hubiera podido escribir "ho logos hn tis theos" o "ho logos hn heis theos". Pero él no hizo esto. Los testigos de Jehová pueden comprobar esto al consultar la traducción interlinear del Griego al Inglés, palabra por palabra, de la edición de 1985. Esta obra se titula "The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures", la cual muestra en cada página una división, en donde en la parte izquierda está la traducción palabra por palabra del Griego al Inglés, y a la derecha la traducción que distribuyen al público (La Traducción del Nuevo Mundo).

 

A continuación mostramos una porción de Juan 1:1 de esa obra.

 

Note que la traducción "a god" (un dios), que aparece a la derecha, es interpretativa, ya que al lado izquierdo usted puede observar que no aparece ninguna partícula griega equivalente al artículo indefinido en Inglés "a" (un).

 

En el Griego Bíblico, en algunas ocasiones, un predicado nominativo sin artículo puede requerir de la incersión de un artículo indefinido para su traducción correcta. Por ejemplo, en Juan 4:19 dice según la Biblia de Jerusalén (Católica):

 

Le dice la mujer: "Señor, veo que eres un profeta"

 

La estructura griega de la oración copulativa dice literalmente :

 

me parece que  profeta       eres       tú

                          profetes        ei          su

                        predicado    verbo    sujeto

 

 

Vemos que la Biblia de Jerusalén tuvo que incertar el artículo indefinido "un" inexistente en Griego, para traducir correctamente que la mujer percibió que Jesús era "un profeta" (sustantivo indefinido), y no "el profeta" (sustantivo definido); porque en ese primer instante ella no lo conocía, pero ya había notado que Jesús tenía esta cualidad que caracteriza a un profeta. Entonces, en este caso ha sido el contexto el que ha demandado que se entienda que el predicado en nominativo sin artículo "profetes" (profeta) es indefinido, el cual requiere la adición del artículo indefinido "un" para traducirlo correctamente en la oración en Español.

 

Sin embargo, no siempre que se tiene un predicado nominativo sin artículo definido signfica que debemos incertarle el artículo indefinido. Por ejemplo, la versión griega del Antiguo Testamento, La Septuaginta dice en Deuteronomio 7:9

 

Conoce, pues, que [el] Señor, el Dios (ho theos) tuyo, es Dios (theos), Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; (Deuteronomio 7:9)

 

Note que "theos" (sin artículo) se ha traducido como "Dios", y no como "un dios", porque es obvio que el contexto se refiere al Dios verdadero. Ahora es interesante observar cómo han traducido en Deuteronomio 4:35 la palabra Hebrea plural elohim (Dios o dioses), tanto la Traducción del Nuevo Mundo como la versión griega Septuaginta (siglo III A.C.):

 

"A ti...a ti se te ha mostrado, para que sepas que Jehová es el Dios [verdadero]; y no hay otro además de él" (Deut. 4:35; TNM)

 

"A ti te fue mostrado, para que supieses que [el] Señor, tu Dios (ho theos) es Dios (theos), y no hay otro fuera de él"(Deut 4:35; Septuaginta; siglo III AC).

 

Vemos que La Septuaginta mostró una construcción parecida a la tercera sentencia de Juan 1:1, donde el predicado nominativo sin artículo está antes del verbo copulativo (era o es: hn o estin, respectivamente), y sin embargo, el theos sin artículo no denota a "un dios" sino a "Dios":

 

 

kurios ho theos sou houtos theos estin ([el] Señor, el Dios tuyo, este es Dios) (Deut. 4:35, Septuaginta)

 

Esto muestra que es el contexto quien determina si un predicado nominativo sin artículo debe considerarse definido o indefinido.

 

¿Cómo interpreta La Sociedad Watchtower la última sentencia de Juan 1:1 ?

 

Por ejemplo, en La Atalaya del 1 de Noviembre del 2013, en un artículo titulado “La mentira que envolvió a Dios en un velo de misterio ”, dice en la  página 5:

 

Jesús, el Hijo de Dios, nunca afirmó que fuera igual o de la misma sustancia que su Padre. Más bien, dijo: “Sigo mi camino al Padre, porque el Padre es mayor que yo” (Juan 14:28). Además, a uno de sus discípulos le comentó: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes” (Juan 20:17).

 

Este párrafo es una crítica directa a la doctrina de las Iglesias ortodoxas que dicen que el Padre y el Hijo son de la misma esencia o sustancia (Griego: ousía; latin: substantia) un concepto que el Concilio de Nicea denominó "consubstancial" (homooisius). Sin embargo, el texto de Juan 1:1 tiene mucho que ver en este concepto. Para esto vamos a citar una parte del artículo "Jesús: ¿es Dios?", de la Atalaya del 1 de Abril del 2009, donde trata el problema de Juan 1:1:

 

 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el Evangelio de Juan fue escrito en griego koiné (común) y que este idioma tiene normas específicas sobre el uso del artículo definido. El biblista Archibald Thomas Robertson explica que cuando el sujeto y el predicado llevan artículo, significa que “ambos son definidos y se los considera idénticos, la misma cosa; por tanto, son intercambiables”. Él pone como ejemplo Mateo 13:38, donde leemos: “El campo [en griego, ho agrós] es el mundo [en griego, ho kósmos]”. Gracias a la gramática, comprendemos que aquí el mundo también es el campo.

 

Pero ¿qué ocurre si el sujeto tiene un artículo definido, pero el predicado no lo tiene, como es el caso de Juan 1:1? Hablando precisamente sobre ese versículo, el especialista James Allen Hewett destaca lo siguiente: “En esa construcción, el sujeto y el predicado no son lo mismo, ni idénticos, ni equivalentes, ni nada por el estilo”.

 

Para ilustrar esta idea, este erudito cita 1 Juan 1:5, donde se dice que “Dios es luz”. En griego, la palabra “Dios” aparece como ho theós, es decir, con el artículo definido. Sin embargo, la palabra para “luz” (fos) no va precedida de ningún artículo. ¿Qué indica esto? Hewett señala: “Siempre puede decirse que Dios es luz, pero no que la luz es Dios”. Hallamos ejemplos parecidos en Juan 4:24 (“Dios es un Espíritu”) y en 1 Juan 4:16 (“Dios es amor”). En ambos casos, los sujetos tienen en griego un artículo definido, pero los términos “Espíritu” y “amor” no lo tienen. Por tanto, los sujetos y los predicados no son intercambiables; dichos versículos no pueden significar que “el Espíritu es Dios” ni que “el amor es Dios”.

 

Hasta aquí no hay nada que contradiga a los defensores de la consubstancialidad. Ninguno de ellos afirma que "ho logos" (La Palabra) sea idéntica en su persona a "ho theos" (Dios). Por ejemplo, La Atalaya ha citado a Archibald Thomas Robertson, pero no ha citado que él mismo no traduce "La Palabra era un dios", sino "La Palabra era Dios". Veamos esto en el volumen 5 de su obra "Word Pictures in the New Testament", que trata frase por frase el Evangelio de Juan:

 

 

Y la Palabra era Dios (kai theos ên ho logos). Por un exacto y cuidadoso lenguaje Juan niega el Sabelianismo [que afirma que Dios y el Hijo son la misma persona] al no decir "ho theos ên ho logos". Esto significaría que todo lo de Dios fue expresado en "ho logos" y que los términos serían intercambiables, cada uno teniendo el artículo. El sujeto se clarifica por el uso del artículo (ho logos) y el predicado sin éste (theos) casi como Juan 4:24 "pneuma ho theos" que significa "Dios es espíritu", y no "spíritu es Dios". (Traducción nuestra del Inglés)

 

Note que A.T. Robertson usa el mismo argumento que la Watchtower para justificar, no que la Palabra sea "un dios", sino que "La Palabra era Dios".

 

Ahora continuemos con el artículo de Atalaya:

 

¿Identidad, o cualidad?

 

Muchos helenistas y traductores de la Biblia concuerdan en que Juan 1:1 no pretende revelar la identidad de “la Palabra”, sino resaltar una de sus cualidades. El Comentario al Nuevo Testamento, de William Barclay, explica: “Cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo [...] que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios” (cursivas del autor). En la misma línea, Jason David BeDuhn, especialista en temas religiosos, señala: “En griego, si en una oración como la de Juan 1:1c no se le pone el artículo a la palabra theós, los lectores entenderán que se refiere a ‘un dios’. [...] La ausencia del artículo hace que entre theós y ho theós haya una diferencia tan clara como entre ‘un dios’ y ‘Dios’”. Y añade: “En Juan 1:1, la Palabra no es el Dios todopoderoso, sino un dios, es decir, un ser divino”. En la obra Juan. Texto y Comentario, de Juan Mateos (traductor de la Nueva Biblia Española) en colaboración con Juan Barreto, se dice algo semejante sobre Juan 1:1, 2: “De los tres casos que aparece en estos [versículos] el término ‘Dios’, la primera y la tercera lleva[n] artículo determinado (el Dios); la segunda, no lo lleva (un Dios, un ser divino)”. En su Análisis Gramatical del Griego del Nuevo Testamento, el erudito católico Max Zerwick señala: “‘La Palabra era divina’, pred[icado] sin art[ículo], insiste sobre la naturaleza de la Palabra”. Y la obra protestante Clave Lingüística del Nuevo Testamento Griego ofrece la misma explicación.

 

La cita que se ha hecho sobre William Barclay, un teólogo de Escocia, no hace sino corroborar que el Hijo no es "la misma persona que Dios", sino "lo mismo que Dios". Algo que los defensores de la consubstancialidad también dicen, a pesar de que Barclay no era Trinitario. No obstante, William Barclay no fue consistente con sus declaraciones respecto a la traducción de los Testigos de Jehová. Una vez dijo:

 

La distorsión deliberada de la verdad por esta secta es vista en su traducción del Nuevo Testamento. Juan 1:1 es traducido : "Originalmente La Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios", una traducción gramaticalmente imposible. (The Expositor, Oct 1953, Vol 65)

 

Esta declaración es deshonesta porque Barclay sabía que es gramaticalmente posible traducir "theos hn ho logos" como "la Palabra era un dios". La Atalaya ha citado al especialista en Griego Jason David BeDuhn que apoya la traducción "un dios". No obstante, después, en una carta a David Burnet de 1974, William Barclay tuvo que admitir:

 

 

Usted podría traducir, tanto como se desprende del Griego: "La Palabra era un Dios", pero parece obvio que está muy en contra de todo el Nuevo Testamento, lo cual la hace incorrecta. Estoy muy seguro de mí mismo de que la traducción correcta es la que siguiente.

 

El Griego es "Theos en ho logos". [Donde] "ho" es la palabra griega para "el" y normalmente introduce a todas las palabras. Usted puede notar que en el Griego hay un artículo definido con el logos, que es "Palabra", pero no con Theos, que es "Dios". Si hubiera un artículo definido con los dos, "Palabra" y "Dios" habrían sido idénticos. Cuando el artículo definido es removido de un sustantivo griego, tal como en Inglés, el sustantivo llega a ser equivalente a un adjetivo. Tome el siguiente ejemplo en Inglés. Si yo digo "Juan es el hombre", yo identifico a Juan con un hombre en particular; si yo digo "Juan es hombre", omitiendo el artículo, yo símplemente estoy describiendo a Juan como un hombre. Lo que la sentencia particular de Juan dice es que la Palabra fue de la misma clase de Dios. Dios es un adjetivo más que un sustantivo, y la traducción perfecta está en "The New English Bible": "What God was, the Word was" (Lo que Dios era, La Palabra era).

 

Note que Barclay mismo reconoce que "La Palabra era un dios" no es gramaticalmente imposible, aunque antes había acusado a la TNM de deshonesta por este hecho.

 

 

Por consiguiente, no se puede acusar en este aspecto a La Traducción de Nuevo Mundo (La Biblia de los Testigos de Jehová). Sin embargo, esto no significa que el Apóstol Juan haya tenido la intención de que entendamos que La Palabra era "un dios". No hay duda que una simple lectura puede llevarnos a esa conclusión. Inclusive, en los tres primeros siglos de la Iglesia, donde el Griego Bíblico estaba vigente, la lectura de Juan 1:1 no era algo trivial ni para los mismos hablantes del Griego. Algunos pensaban que se trataban de dos Dioses diferentes, y esto los perturbaba, porque no querían apartarse del Monoteísmo tan enfatizado en el Antiguo Testamento. En el siglo III, Orígenes de Alejandría, un erudito cristiano y también profesor de gramática griega, trató de resolver este problema:

 

"Seguidamente nosotros notamos el uso que hace Juan del artículo en estas frases. El no escribe descuidadamente en este respecto, ni le eran desconocidas las sutilezas de la lengua Griega. En algunos casos él usa el artículo, y en algunos lo omite. El agrega el artículo al Logos, pero a la denominación theos, lo añade sólo algunas veces. El usa el artículo, cuando theos se refiere a la increada causa de todas las cosas, y lo omite cuando el Logos es llamado theos. ......Ahora, hay muchos que están sinceramente preocupados y quieren ser piadosos. Ellos temen que puedan estar proclamando dos Dioses, y su temor los conduce a doctrinas que son falsas e inicuas. O niegan que el Hijo tiene una individualidad distinta por Sí Mismo al lado de la del Padre (idiothta huiou eteran para thn tou patrou), y lo hacen a Aquel a quien llaman el Hijo, ser "theos" solamente en nombre, o niegan la divinidad del Hijo (theothta tou huiou), estableciendo tanto la individualidad como el perfil de su sustancia diferente de la del Padre, de modo que ellos esten desunidos uno del otro (tiqentas de autou thn idiothta kai thn ousian kata perigrafhn tugcanousan eteran tou patros, enteuqen luesqai dunatai). A esas personas tenemos que decirles que "ho theos" es autotheos ( Dios en sí mismo); y así el Salvador dice en su oración al Padre: "Que ellos puedan conocerte a Tí el único Dios verdadero"(Juan 17,3); pero que todo más allá del autotheos es hecho theos por participación en su divinidad, y no debe ser llamado theos con el artículo , sino más bien sin artículo (ouc ho theos alla theos). Y así, el primogénito de toda la creación, que es el primero en estar con Dios, y atraer a Sí Mismo divinidad, es un ser de más elevado rango que los otros dioses al lado de él, del cual "El Dios" es Dios (wn ho theos theos esti), como está escrito, "el Dios de los dioses, el Señor, ha hablado y llamado a la tierra." Es por los oficios del primogénito que ellos llegaron a ser dioses, porque Él tomó de Dios en una medida generosa para que fueran hechos dioses, y él lo comunicó a ellos de acuerdo a su propia generosidad. El Dios verdadero, entonces, es "ho theos" ("El Dios"), y aquellos que son formados después de Él son dioses, imágenes, algo así, del prototipo. Pero la arquetípica imagen, de todas esas imágenes es la Palabra de Dios, quien estaba en el principio, y quien por estar con Dios (pros ton theon) es en todo tiempo theos, no poseyendo eso de Sí mismo, sino por estar con el Padre y no continuaría siendo theos, si pensáramos en esto, excepto por permanecer siempre en interrumpida contemplación de las profundidades del Padre. " (Orígenes, "Comentario del Evangelio de Juan" libro II, capítulo 2)

 

La opinión de Orígenes es valiosa porque él era un erudito en la lengua Griega de los primeros siglos del cristianismo y la hablaba en aquella época. Cláramente él apoyaría a la Watchtower en que hay una diferencia entre el theos con artículo y el que no tiene artículo. Uno es la fuente de la Divinidad, El Padre, "ho theos", y el otro posee esta divinidad no por sí mismo, sino por participación y constante contemplación de las profundidades del Padre; y es debido a esto que es "theos" sin artículo, porque no es el Padre mismo, sino su Hijo. Para Orígenes, el Hijo está subordinado al Padre, pero no porque sea de una esencia (ousía) diferente, sino porque El Padre, como fuente de la Divinidad es mayor en tamaño. Para esto Orígenes se apoya en las Escrituras:

 

Nosotros aceptamos la palabra del Salvador: «El Padre que me envió es mayor que yo» (Juan 14: 28), por la cual no acepta la apelación de «bueno» que le es dada (Marcos 10:18) en su sentido propio, verdadero y pleno, sino que la refiere agradecido al Padre, reprochando al que quería glorificar al Hijo más de lo justo. Afirmamos lo mismo del Salvador y del Espíritu Santo, ya que no pueden compararse con ninguna de las cosas creadas, sino que las sobrepasan con una trascendencia sobreeminente; pero al mismo tiempo son sobrepasados por el Padre" (Comentario sobre Juan, libro XIII, 151-152)

 

Entonces, ¿apoyaría Orígenes la Traducción de los Testigos de Jehová?. La respuesta es NO, porque para Orígenes el Hijo no era un arcangel, era más que un ser creado, por lo que no podría ser un arcangel, tal como creen los testigos de Jehová. Además, Orígenes también dijo :

 

Adoramos a un solo Dios, el Padre y el Hijo; y nuestro argumento contra la adoración de otros dioses aún continúa válida. Y nosotros no "reverenciamos más de la cuenta a uno que apareció después", como si no hubiera existido antes; porque le creemos a él mismo cuando dice "Antes que Abraham fuera, Yo Soy". Y también dice "Yo Soy la verdad"; y seguramente ninguno de nosotros es tan limitado para suponer que la verdad no existió antes que aparezca Cristo. Por consiguiente, nosotros adoramos al Padre de la verdad y al Hijo, que es la verdad; y mientras ellos son dos seres individuales (hypostasis), ellos son UNO en unidad de pensamiento, en armonía e identidad de voluntad. Entonces, son totalmente UNO, de tal manera que el que ha visto al Hijo, "que es el reflejo de su gloria y la imagen exacta de su ser (hypostasis)" (Hebreos 1:3), lo ha visto a Él [a Dios], ya que es la imagen de Dios (Col. 1:15), Dios mismo. (Orígenes, Contra Celso 8:12)

 

Por ejemplo, suponga que hay una estatua de enorme tamaño que cubriera todo el mundo, y a causa de esto nadie pudiera verla; y que otra estatua fuera formada en la semejanza de las extremidades y con las características de su rostro, y del mismo material, pero no del mismo tamaño, de tal manera que los que no fueran capaces de sostener a la de enormes proporciones, podrían, viendo la segunda, reconocer que han visto a la primera, porque preserva todas las característicasde sus extremidades y rostro, y hasta la forma y el material, tan próximos, que son indistinguibles. (Orígenes, Sobre los Primeros Principios 1:2:6,8)

 

 

Es claro que en el concepto de Orígenes la Diferencia entre el Padre y el Hijo no está en la esencia (ousía), sino en la extensión de la esencia. El Padre por ser fuente, es mayor, pero el Hijo no es otro dios, porque los dos deben ser adorados como un solo Dios. Por consiguiente, la traducción que Orígenes propondría en nuestro idioma sería:

 

"La Palabra estaba con el [verdadero] Dios, y también la Palabra era [por su naturaleza corporal] Dios".

 

Esta es la traducción la podemos inferir no solo a partir de Orígenes, sino también de Tertuliano e Hipólito de Roma (ambos escribieron entre los siglos II y III). Por ejemplo, Tertuliano dijo:

 

Yo no hablaré de dioses, ni de señores, sino que seguiré al Apóstol; tal que si el Padre y el Hijo son invocados juntos, llamaré al Padre “Dios”, y a Jesucristo como “Señor” (Romanos 1:7) . Pero cuando Cristo es mencionado solo, yo estoy habilitado a llamarlo “Dios”, tal como el Apóstol dice : “de quienes proviene Cristo, quien es Dios sobre todos, bendito por siempre” (qui est, inquit, deus super omnia, benedictus in aevum omne ) (Romanos 9:5). Porque yo daré el nombre de sol también al rayo que está en este mismo; pero si fuera a mencionar el sol del cual el rayo emana, yo debería retirar el nombre de sol para el mero rayo. Porque aunque no estoy considerando dos soles, aún debo de reconocer que ambos, el sol y su rayo son dos cosas y dos formas de una esencia indivisible (indivisae substantiae), como Dios y su Palabra, como el Padre y el Hijo. (Tertuliano, Contra Praxeas, cap. 13)

 

...no es por ninguna diversidad que el Hijo difiere del Padre, a no ser por la distribución: no es por división que Él es diferente, sino por distinción, porque el Padre no es el mismo que el Hijo, ya que ellos difieren uno del otro en el modo de su existencia. Porque el Padre es toda la sustancia (pater enim tota substantia est) pero el Hijo es una porción y derivación del todo, tal como él mismo reconoce: "mi Padre es mayor que yo"..... (Tertuliano, Contra Praxeas, cap. 9)

 

Hipólito también compartía la misma idea:

 

 

Y así aparece otro además de Él mismo [Dios]. Pero cuando yo digo "otro", no quiero decir que hay dos Dioses, sino que es solo como luz de luz, o como agua de una fuente [de agua], o como el rayo y el sol.(Hipólito de Roma, Contra Noeto cap. 11).

 

Esto estaría concordando con lo que dice Pablo en Colosenses:

 

"porque en él [Cristo] mora corporalmente la plenitud de la Divinidad" (Colosenses 2:9)

 

¿Quién podría tener la plenitud de la Divinidad, sino fuera en su esencia tan Dios (theos) como el Dios verdadero (ho theos)?.

 

 

Jesús y Jehová (¿dos Dioses, dos Jehovas?)

 

En el libro de Génesis se muestra a Jehová de pie delante de Abrahán. Jehová vino con dos ángeles para anunciarle el nacimiento de Isaac, y para anunciar la destrucción de Sodoma y Gomorra:

 

Después Jehová se le apareció [a Abrahán] entre los árboles grandes de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su tienda como al calor del día. Cuando él alzó los ojos, entonces miró y allí estaban tres hombres de pie a alguna distancia de él. Cuando alcanzó a verlos, echó a correr a su encuentro desde la entrada de la tienda y procedió a inclinarse a tierra. Entonces dijo: “Ah, Jehová, si he hallado favor a tus ojos, sírvete no pasar de largo a tu siervo. Que se traiga un poco de agua, por favor, y se les tiene que lavar los pies. Entonces recuéstense debajo del árbol....... Más tarde los hombres se levantaron de allí y miraron abajo hacia Sodoma, y Abrahán iba andando con ellos para acompañarlos......Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave. Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo”. Entonces los hombres se volvieron de allí y procedieron a irse a Sodoma; pero en cuanto a Jehová, él todavía estaba de pie delante de Abrahán......Entonces Jehová procedió a irse cuando hubo acabado de hablar a Abrahán, y Abrahán se volvió a su lugar. Ahora bien, los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer, y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Cuando Lot alcanzó a verlos, entonces se levantó para ir a su encuentro y se inclinó rostro a tierra. Y procedió a decir: “Por favor, ahora, señores míos, desvíense, por favor, a casa de su siervo, y quédense toda la noche, y que se les laven los pies".....Entonces los hombres dijeron a Lot: “¿Tienes otros aquí? Yerno y tus hijos y tus hijas y cuantos sean tuyos en la ciudad, ¡sácalos del lugar! Pues vamos a arruinar este lugar, porque el clamor contra ellos se ha hecho fuerte delante de Jehová, de modo que Jehová nos ha enviado para arruinar la ciudad”. Por lo tanto Lot salió y empezó a hablar a sus yernos que habían de tomar a sus hijas, y siguió diciendo: “¡Levántense! ¡Sálganse de este lugar, porque Jehová va a arruinar la ciudad!”. Pero a los ojos de sus yernos parecía como hombre que bromeaba.....El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zóar. Entonces Jehová hizo llover azufre y fuego desde Jehová, desde los cielos, sobre Sodoma y sobre Gomorra. ...Ahora bien, muy de mañana Abrahán se dirigió al lugar donde había estado de pie delante de Jehová. Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación!

 

Esto indica que otra persona distinta del Padre lleva el nombre de Dios. Los Padres de la Iglesia del siglo II utilizaron este pasaje para mostrar que el Hijo de Dios ya aparecía anunciando los propósitos divinos para la humanidad.

 

En el libro de Deuteronomio se declara la unicidad del Dios verdadero. Leámoslo primero según el texto Hebreo en tres diferentes traducciones diferentes:

 

"....Escucha, oh Israel, Jehová nuestro Dios, es un solo Jehová". (TNM, Deut. 6:4)

 

"Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. " (Biblia de Jerusalén, Deut. 6:4)

 

"Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es." (Reina Valera 1960, Deut. 6:4)

 

Estas traducciones se basan en el texto Hebreo que dice: "SHAMA YISRAEL YHWH ELHOHIM YHWH ECHAD". Donde "ELOHIM" es el plural de "EL" que significa "Dios". Sin embargo, cuando se refiere al Dios verdadero no se traduce "dioses", sino que se debe entender que es un plural de majestad. Esto lo sabían muy bien los judíos que por primera vez tradujeron las Escrituras Hebreas al producir la versión Griega Septuaginta, en la cual tradujeron ELOHIM generalmente por "ho theos", cuando se refería al Dios verdadero. Notamos también que para declarar que YHWH (Jehová o Yahveh) es "uno", se usó el numeral hebreo "ECHAD". Esta palabra puede ser usada también para una unidad compuesta. Por ejemplo, en el libro de Génesis tenemos que se usó ECHAD para decir que el hombre y la mujer serían "una" carne:

 

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola (ECHAD) carne. (Génesis 2:24)

 

Volviendo a Deuteronomio 6:4, veamos cómo se tradujo en la Septuaginta:

 

"...akoue Israhl kurios ho theos hnwn kurios heis estin" (Escucha, oh Israel, [el] Señor nuestro Dios, [el] Señor es uno)

 

Note que en la Septuaginta, "kurios" (Señor) es un título que traduce al título hebreo ADONAI (Señor en Hebreo), que reemplazaba al nombre divino YHWH. En tiempos de Jesús la tradición había hecho exlcusivo el uso del nombre divino sólo para el sumo sacerdote. Todos los judíos entendían que cuando a Dios se le denominaba ADONAI esto era un sustituto al nombre divino. Lo mismo se entendía de la palabra "kurios" para las sinagogas que utilizaban la Septuaginta. Esto se ve muy claro en el Salmo 83:18

 

Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra. ( Reina Valera 1960)

 

Y conozcan que tu nombre es Señor (onoma soi kurios); Tú solo [eres] Altísimo sobre toda la tierra. (Septuaginta)

 

Por consiguiente, el título "kurios" era el equivalente al nombre divino desde antes de la era cristiana. El Nuevo Testamento siguió esta tradición. No hay ningún manuscrito del Nuevo Testamento (escrito en Griego) que contenga el nombre divino, salvo en el Apocalipsis que aparece tres veces en su forma abreviada Yah(griego IA), que está contenida en caracteres griegos en palabra "alhlouia", que significa: "alaben a Yah".

 

Ahora veamos Romanos 14:6-9, donde en ningún manuscrito se ha encontrado el nombre de Dios en Hebreo (YHWH: Yahvé o Jehová), y no obstante, la Biblia de los Testigos de Jehová lo ha incertado en estos versículos de manera arbitraria en algunos lugares donde a Dios se le llama "kurios". Para esto vamos a colocar entre paréntesis la palabra griega "kurios" (Señor), que es la que realmente aparece originalmente en los manuscritos griegos de donde proviene esta traducción:

 

El que observa el día, lo observa para Jehová (kurios). También, el que come, come para Jehová (kurios), pues da gracias a Dios; y el que no come, no come para Jehová (kurios), y sin embargo da gracias a Dios. Ninguno de nosotros, de hecho, vive con respecto a sí mismo únicamente, y ninguno muere con respecto a sí mismo únicamente; pues tanto si vivimos, vivimos para Jehová (kurios), como si morimos, morimos para Jehová (kurios). Por consiguiente, tanto si vivimos como si morimos, pertenecemos a Jehová (kurios). Porque con este fin murió Cristo y volvió a vivir otra vez, para ser Señor (kurieuw) tanto sobre los muertos como sobre los vivos. (Traducción del Nuevo Mundo; Rom. 14:6-9)

 

Note que sorprendentemente la Biblia de los Testigos de Jehová no sustituyó por el nombre "Jehová" cuando el verbo "kurieuw", que significa "ser Señor de", fue aplicado directamente a Cristo, a pesar de que el contexto lo demandaría. Sin querer, al incertar el nombre divino (Jehová) en este pasaje, los testigos de Jehová están identificando a Cristo con Jehová mismo. No obstante el texto es claro al establecer que este es realmente el caso.

 

Otro texto está en el libro de Hechos, donde a Cristo se le llama Señor de todos:

 

Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos(houtos estin pantwn kurios) (Hechos 10:36).

 

Note que Cristo es Señor de todos, lo cual lo hace más que un ángel, ya que los ángeles lo adoran:

 

Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle (proskynew) todos los ángeles de Dios. (Hebreos 1:6)

 

Note que la palabra griega "proskynew" ha sido utilizada para denotar la "adoración" que los ángeles le hacen al Hijo de Dios. Los Testigos de Jehová dicen que en Hebreos 1:6 "proskynew no denota "adoración", sino "rendir homenaje", y es así como lo traducen en su Biblia. Para justificar esto, el artículo "¿Debemos adorar a Jesús?", de la revista Despertad del 8 de Abril del 2000, dice:

 

En primer lugar, hemos de entender a qué se refiere Pablo en este versículo por adoración. Aquí empleó el verbo griego pro·sky·né·o, que según la obra Unger’s Bible Dictionary significa literalmente ‘besar la mano de una persona en muestra de reverencia u homenaje’. El Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, de W. E. Vine, señala que el vocablo “denota un acto de reverencia, tanto si se hace al hombre [...] o a Dios”. En tiempos bíblicos, el término pro·sky·né·o solía implicar prosternarse ante un personaje de alto rango.

 

Examinemos la parábola de Jesús acerca del esclavo que no podía reintegrar a su amo un gran préstamo. En ella aparece dicho verbo griego; al traducirlo, la versión Reina-Valera de 1909 señala que “aquel siervo, postrado [ante el rey], le adoraba [verbo pro·sky·né·o], diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo” (Mateo 18:26; cursivas nuestras). ¿Cometió este hombre un acto idólatra? De ningún modo. Tan solo expresó la reverencia y acatamiento que debía al monarca, su señor y superior.

 

En Oriente, estas muestras de homenaje, o expresiones de respeto, eran bastante comunes en tiempos bíblicos. Jacob se inclinó a tierra siete veces al encontrarse con su hermano Esaú (Génesis 33:3). Los hermanos de José se postraron ante él, rindiéndole homenaje, en reconocimiento de la posición que ocupaba en la corte de Egipto (Génesis 42:6). Estos antecedentes nos permiten entender mejor los sucesos que tuvieron lugar cuando los astrólogos encontraron al niño Jesús, a quien reconocieron como “el que nació rey de los judíos”. Según se traduce en la versión Reina-Valera de 1909, el relato indica que, “postrándose, le adoraron [pro·sky·né·o]” (Mateo 2:2, 11).

 

Es patente, pues, que el verbo pro·sky·né·o, que se traduce por “adorar” en algunas versiones bíblicas, no se limita exclusivamente al culto que se debe a Jehová Dios. También puede referirse al respeto y honor que se tributan a otra persona. Las siguientes versiones en español traducen el verbo pro·sky·né·o en Hebreos 1:6 con fórmulas que no se prestan a ideas erróneas: ‘rendirle pleitesía’ (Barclay), ‘postrarse ante él’ (Rule), ‘prosternarse ante él’ (Miguens; Magaña) y ‘darle [o ‘rendirle’] homenaje’ (Besson; Schonfield; Traducción del Nuevo Mundo).

 

 

 

 

Es verdad, como menciona la revista, que prokynew puede ser usado para "reverenciar" a reyes y a otras autoridades humanas. Sin embargo, el contexto en que "proskynew" es usado en Hebreos 1:6 no era para denotar una "reverencia" inferior. Por ejemplo, cuando Juan quiso "rendir homenaje" (proskynew) al angel que le mostró las maravillosas visiones del Apocalipsis, el angel no lo permitió:

 

Yo me postré a sus pies para adorarle (proskynew). Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora (proskynew) a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.(Revelación 19:10)

 

Note que está claro que "proskynew" no significa aqui símplemente "rendir homenaje", sino "adoración"; ya que sólo a Dios se le puede "adorar". No se puede dar esta "adoración" (proskynew) a un angel. Es por eso que Cristo es superior a ellos, no siendo meramente "un dios", ya que los ángeles no "adoran" a otro que no sea Dios. La "adoración" (proskynew) que se le da al Padre y al Hijo es de igual magnitud, tal como se lee en el siguiente texto:

 

Y a toda criatura que está en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y la potencia para siempre jamás”.Y las cuatro criaturas vivientes se pusieron a decir: “¡Amén!”, y los ancianos cayeron y adoraron (proskynew). (Traducción del Nuevo Mundo, Revelación 5:13-14)

 

Note que los ancianos "adoraron"(proskynew) igualmente al Padre y al Hijo. Si el Hijo fuera "otro dios", "un dios", ¿cómo podría darse la misma gloria al Padre y al Hijo, si Isaías 48:11 dice: "....a ningún otro daré mi propia gloria" ?

 

Sin embargo, la gloria del Hijo era comparable a la del Padre:

 

Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. (Juan 17:5)

 

Esto se confirma en Filipenses 2:6-7, donde Pablo dice sobre Jesús:

 

"quien existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como ventaja. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres...."

 

Esta última traducción de Filipenses 2:6 se ajusta al estudio hecho por Roy W. Hoover en el "Harvard Theological Review" 64 (1971) 95-119.

 

 

Por ejemplo, el Apostol Tomás llama a Jesús "mi Señor y mi Dios" (Juan 20:28). Tomás no podría llamar "mi Dios" a "un dios" que fuera "otro dios" además de "Jehová Dios". Debemos recordar que Jesús dijo: "el que me ha visto a mí a visto al Padre"(Juan 14:9).

 

¿Cómo explican los Testigos de Jehová lo que revela Juan 20:28? La revista Despertad del 22 de Abril del 2005, en un artículo titulado “Aquellos que son llamados dioses” (páginas 8-9), dice lo siguiente:

 

 

Ahora bien, ¿por qué razón, cuando Tomás vio a Jesús resucitado, exclamó: “¡Mi Señor y mi Dios!”? Como se ha indicado, Jesús es un dios en el sentido de que es divino, pero no es el Padre.

 

 

Es verdad que Jesús no es el Padre, pero es absurdo decir que Tomás le dijo a Jesús "mi Señor y mi Dios" porque Jesús era "un dios". ¿Tomás habría considerado como "su Dios" a un angel o arcangel?. Tomás no podría haber declarado que Jesús era "su Señor y su Dios" si Jesús no reflejara exáctamente la Divinidad del Padre. Por ejemplo, de la Septuaginta, tanto los judíos como los cristianos primitivos leían en las sinagogas el siguiente texto en Griego:

 

"idete, idete egw eimi kai ouk estin theos plhn emou..." (Vean, Vean que YO SOY, y no hay otro Dios fuera de mí ....) (Septuaginta;Deuteronomio 32:39)

 

 

Es importante también citar lo que la Septuaginta dice en Isaías 44:24, donde se menciona que el Señor (Jehová en el texto Hebreo) formó los cielos y la tierra sin nadie más:

 

Así dice el Señor (kurios) el que te redime y que te forma dese el vientre, yo el Señor (egw kurios) que completa todas las cosas, yo extendí los cielos solo, establecí la tierra, ¿quién otro? (Septuaginta, Isaías 44:24)

 

Este texto sugiere que Jehová estuvo solo sin otro interviniendo en la creación del universo. El siguiente texto menciona también palabras directas de Jehová Dios:

 

Oyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero. Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente. (Isaías 48:12-13)

 

Ahora vean cómo Pablo menciona que el Padre dice que el Hijo también fundó los cielos y la tierra:

 

"..Tú, oh Señor (kurie), en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos."(Hebreos 1:10)

 

¿Cómo pudo Jehová fundar el cielo y la tierra solo y a su vez otro también fundó los cielos y la tierra? ¿No será porque Jehová es una unidad compuesta del Padre y también del Hijo? Note que en este último versículo Pablo cita de la Septuaginta el equivalente del Salmo 102:25 del texto Hebreo. En realidad, este texto es parte de un diálogo entre el Padre y el Hijo que se da en el Salmo 102. El Hijo le dice al Padre (según la Septuaginta):

 

no me cortes en la mitad de mis días;

 

El Padre le responde:

 

Por generación de generaciones son tus años. Tú, oh Señor (kurie), en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados;

 

Pablo nos confirma que el Padre llama al Hijo "Señor" (kurios). Sin embargo, hay algo más. El vocativo "oh Señor" se expresa en Griego como "kurie". Vocativo se denomina a una palabra que funciona para invocar, llamar o nombrar a una persona. Así, el vocativo de "kurios" (Señor) es "kurie" (oh Señor). También, el vocativo de "theos" (Dios) es "thee" o "ho theos" (oh Dios). Dentro de este Salmo 102, citado por el Apostol Pablo para probar que el Padre llama al hijo "oh Señor"(kurie), tenemos el versículo 12 que dice según la traducción del texto Hebreo :

 

"En cuanto a tí, oh Jehová, hasta tiempo indefinido morarás, y la mención conmemorativa de ti será por generación tras generación". (TNM, Salmo 102:12, énfasis nuestro)

 

Ahora note cómo se traduce este texto desde la Septuaginta:

 

"Pero tú ¡oh Señor ! (kurie) durarás por siempre, y tu memorial de generación tras generación" (Septuaginta, Salmo 102:12)

 

La Septuaginta sustituyó "oh Jehová" por "kurie" (oh Señor), lo cual indica que es muy probable que en el Salmo 102:25 (citado en Hebreos 1:10), el Padre haya originalmente invocado al Hijo tal como "oh Jehová".

 

En Hebreos 1:8 Pablo cita el Salmo 45:6 donde el Padre llama al Hijo "Dios", para mostrar la superioridad de éste en relación a los ángeles:

 

Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos, y el cetro de tu reino es un cetro de justicia. Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, exaltándote por encima de tus compañeros. (Nueva Versión Internacional; Hebreos 1:8-9)

 

Aunque gramaticalmente es posible también traducir "ho thronos sou ho theos" por "Dios es tu trono" (como lo hace la TNM), esta traducción no tiene el respaldo de la Iglesia primitiva, y es poco probable que Dios sea igualado a un trono. Es verdad que en esta cláusula "ho theos" ("el Dios" en nominativo) puede usarse tanto como un vocativo (¡oh Dios!) como para funcionar como el sujeto de una oración copulativa para enlazar "Dios" con "tu trono", donde el verbo copulativo "es" estaría implícito. Sin embargo, Áquila del Ponto, un apóstata que en el siglo II, que abandonó el cristianismo para apoyar al Judaísmo, hizo su propia traducción del Antiguo Testamento al Griego con la ayuda de un maestro judío para rebajar la divinidad de Cristo que la obra de la Septuaginta mostraba en algunos versículos. No obstante, inclusive Áquila traduce "Elohim", del Salmo 45:6, por el explícito vocativo griego para "theos", que es "thee" (¡oh Dios!). Esto muestra que tanto judíos como cristianos concordaban que en el Salmo 45:6 Dios llama Elhoim al Mesías.

 

Este misterio sólo puede ser comprendido si se acepta que el Padre y el Hijo son de la misma especie divina, a saber, "Dios". Son dos y uno a la vez (Juan 10:30). Siempre manteniendo la subordinación del Hijo, no en cuanto a su naturaleza divina, sino según la extensión de esa naturaleza. Es como dos humanos que comparten la naturaleza humana, pero uno es mayor el otro. Veamos el siguiente texto:

 

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:26-27)

 

Vemos que cuando Dios dice "hagamos al hombre a nuestra imagen", muestra que hay más de una persona de la cual el hombre fue hecho a imagen y semejanza. La Divinidad primero muestra una pluralidad cuando dice "hagamos al hombre a nuestra imagen" y después la unidad cuando dice "a imagen de Dios lo creó". Por consiguiente, "en el Principio la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios" porque "existía en la forma de Dios" (Juan 1:1; Filipenses 2:6).

 

La equivalencia entre Jehová y Jesús está fírmemente establecida en las Escrituras. Jesús mismo dijo que el Padre le había dado su Nombre:

 

"Además, yo ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo voy a ti. Padre santo, vigílalos por causa de tu propio nombre que me has dado, para que sean uno así como lo somos nosotros". (Traducción del Nuevo Mundo, Juan 17:11; énfasis nuestro)

 

El Hijo lleva también el nombre de Jehová. Aunque el nombre de Dios, YHWH, dejó de ser usado por la mayoría de los Judíos en el tiempo de Jesús, los judíos entendían que el título hebreo "Adonai" (Señor), que en la Septuaginta se traduce como kurios, equivalía al nombre divino. Esto significa que el título de Señor que es dado a Cristo, lo identifica con Jehová. Esto se ve con mayor claridad en la Traducción del Mundo, por ejemplo en el capítulo 10 de Romanos donde Pablo dice:

 

Porque si declaras públicamente aquella palabra en tu propia boca, que Jesús es Señor, y en tu corazón ejerces fe en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo......puesto que hay el mismo Señor sobre todos, que es rico para con todos los que lo invocan. Porque "todo el que invoca el nombre de Jehová será salvo" (Romanos 10:9,12-14; TNM, énfasis nuestro)

 

La Traducción del Nuevo Mundo ha sustituído por  el nombre divino "Jehová" donde Pablo cita una frase de la Septuaginta que sustituyó el nombre divino (YHWH) por la palabra griega kurios (Señor) en Joel 2:32. Entonces, quien invoca el nombre del Señor (Jesús) equivale a invocar el nombre de Jehová (Joel 2:32). Puede esto confirmarse en otra frase de Pablo:

 

a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro (1 Cor. 1:2)

 

Leamos también lo que dice Pablo en Filipenses:

 

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:9-11)

 

Este acto de confesar a Jesús como "Señor", con un nombre por encima de todo nombre, no hace sino declarar que Dios el Padre ha colocado a Jesús en igualdad consigo mismo.

 

 

La esperanza de los judíos era que el Mesías, el Cristo, como Hijo de Dios, sería considerado como igual Dios, puede deducirse de los siguientes versículos:

 

Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. ( Reina Valera, Juan 5:18)

 

Note que el hecho de llamarse "Hijo de Dios" era equivalente a "hacerse igual a Dios". Esto no era símplemente una mala interpretación de los Judíos, sino que al declarse como Hijo exclusivo de Dios, Jesús estaba colocándose en la misma categoría de ser con Dios, superior a la de los ángeles. Este concepto se puede sustentar en lo que dice Pablo al citar el Salmo 2:7:

 

En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy; y también: Yo seré para él Padre, y él será para mi Hijo? (Biblia de Jerusalén; Hebreos 1:5)

 

 

Por ejemplo, leamos cómo se vierte en dos diferentes versiones el texto de Juan 10:33

 

Los judíos le contestaron: “No por obra excelente te apedreamos, sino por blasfemia, sí, porque tú, aunque eres hombre, te haces a ti mismo un dios”.(Traducción del Nuevo Mundo)

 

Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. (Reina Valera 1960)

 

Podemos ver que la Biblia de los Testigos de Jehová ha traducido fuera del contexto este versículo. Los Judíos, según Juan 5:18, estaban considerando a Jesús como blasfemo por igualarse a Dios al declararse "Hijo de Dios"; y en este caso en particular por haber dicho anteriormente "Yo y el Padre somos uno"(Juan 10:30). Es claro que al decir "Yo y el Padre somos uno", Jesús no estaba haciéndose meramente "un dios", sino igual a Dios por su filiación única, ya que él dice:

 

Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?

Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura - a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.» (Biblia de Jerusalén, Juan 10:34-38)

 

 

Por su puesto, los cristianos primitivos entendían que este texto se refería a una unidad, no de persona, sino de esencia, ya que se usa el numeral uno en género neutro. Tertuliano comenta este pasaje así:

 

 

en primer lugar en este pasaje hay una intimación de Dos Seres, "Yo y el Padre"; y que hay un plural predicado, "somos" (sumus), inaplicable a una sola persona (non ex unius esse persona), ya que dice "somos uno" y no "somos una persona" ( tum quod Unum sumus, non Unus sumus). Porque si hubiera dicho "una persona" (Unus sumus), ellos [los judíos] tendrían razón en su opinión. "Unus", sin duda, indica un número singular, pero aqui "dos" son aún el sujeto en género masculino. Él en consecuencia dice "Unum", una palabra en género neutro (unum dicit neutrali verbo), que no implica singularidad de número, sino unidad, similaridad, conjunción, afecto de parte del Padre que ama al Hijo, y sujeción del Hijo, que obedece la voluntad del Padre. Cuando dice "yo y el Padre somo uno", muestra que hay dos, a quien Él coloca en igualdad y une en uno (Unum sumus, dicens, ego et pater, ostendit duos esse quos aequat et iungit). ….En consecuencia, él [Cristo] dice que ha mostrado muchas obras del Padre, y ninguna de ellas merecía el apedreamiento. Y que ellos[los judíos] no deberían pensar apedrearlo sobre la base de ser interpretado a ser Dios mismo, es decir, el Padre, porque dijo “Yo y el Padre somos uno” mostrándose como Dios Hijo de Dios, y no como Dios mismo....(quasi se deum ipsum, id est patrem, voluisset intellegi quia dixerat Ego et pater unum sumus, qua filium dei deum ostendens, non qua ipsum deum) (Tertuliano; Contra Praxeas, cap. 22)

 

No obstante, para los Judíos, igualarse en gloria a Dios era una blasfemia, ya que como hemos leído, Dios había declarado en Isaías que no la daría a otro. Finalmente, en el Evangelio de Marcos vemos una prueba más de que la declaración de "Hijo de Dios" hacía que Jesús mismo se estuviera igualando a Dios en su esencia:

 

...De nuevo el sumo sacerdote se puso a interrogarle, y le dijo: "¿Eres tú el Cristo el Hijo del Bendito?". Entonces Jesús dijo "Lo soy.......". Ante esto el sumo sacerdote rasgó sus prendas de vestir interiores y dijo...."Ustedes han oído la blasfemia" (Marcos, 14:60-64)

 

Después de la condena a muerte de Jesús, los conflictos entre el cristianismo y el judaísmo se intensificaron cuando los cristianos declararon que Jesús había resucitado. Algunas décadas después, los cristianos judíos serían expulsados de las sinagogas, y la propia teología judía emprendería una profunda revisión para combatir al cristianismo. De esta manera, el judaísmo intentaría eliminar o editar textos donde se profetizaban los sufrimientos del mesías, y que éste sería considerado como Dios. La Septuaginta sería despreciada por los Judíos, por contener textos que apoyaban la divinidad de Cristo. No obstante, se pueden encontrar vestigios de que el mesías debería ser considerado por los judíos con la misma gloria de Dios:

 

"Dios le llamó (al mesías) con seis nombres que él dice en relación consigo mismo: Porque un niño nos ha nacido, se nos ha dado un hijo; y el gobierno estará sobre su hombro; y su nombre será maravilloso, consejero, Dios, fuerte, padre eterno, príncipe de paz (Isaías 9:5-6). De manera que lo llamó Dios de una manera distintiva" (Iggereth Teman; rabí Moisés ben Maimón escribiendo a Jacob Alfajumi).

 

"¿Cuál es el nombre del rey mesías? A esto respondió el rabí Abba bar Kahana: Yahveh es su nombre" (Midrash Echa 1:51)

 

"Dios llamó también al rey mesías con su propio nombre (el de Dios)" (Midrash Thillim 21:2).

 

Compare Isaías 63:9 según la Septuaginta y según el texto Hebraico Masorético:

 

 

De todas sus aflicciones: no un embajador, ni un angel, sino el mismo Señor los salvó, porque él los amó y los dispensó: él mismo los redimió, y los tomó y los levantó todos los días de la antiguedad (Septuaginta)

 

En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su rostro los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antig:uedad. (Texto Hebreo Masorético)

 

Noten la diferencia; mientras que en la Septuaginta Israel es salvado por "El Señor", en el texto Hebreo es "el angel de su rostro".

 

Los padres de la Iglesia usarían este versículo en la versión de la Septuaginta como una prueba textual más de la divinidad de Jesús. De esta manera Ireneo (siglo II) dice:

 

Y como ni un simple hombre nos salva, ni un ser sin carne (pues sin carne existen los ángeles), predicó diciendo: "No fue un enviado ni un ángel, sino el mismo Señor quien los salvará; porque los ama los perdonará y él mismo los liberará" (Is 63:9). Y que éste se haría un verdadero hombre visible, siendo al mismo tiempo La Palabra Salvadora, Isaías dice: "Ciudad de Sion, tus ojos verán a nuestro Salvador" (Is 33:20). Y, como no era sólo un hombre el que moría por nosotros, añadió: "El Señor, el Santo de Israel, se acordó de sus muertos que dormían en la tierra del sepulcro, y bajó a llevarles la Buena Nueva de la salvación que viene de él, para salvarlos". El profeta Amós confirma lo mismo: "El se volverá a nosotros y nos hará misericordia, hará desaparecer nuestras injusticias y arrojará a lo profundo del mar nuestros pecados" (Miq 7,19). E incluso señala el lugar de su venida: "Desde Sion ha hablado el Señor, y desde Jerusalén hará oír su voz" (Am 1:2). Y, como el Hijo de Dios, que es Dios, vendrá de la parte sur, de la heredad de Judá, donde se hallaba también Belén, en la cual el Señor nació y desde la cual desparramó su alabanza en toda la tierra, Habacuc profetizó: "Dios vendrá del sur y el Santo del monte Efrem; su poder ha cubierto el cielo y la tierra está llena de su alabanza; La Palabra (el logos) irá delante de él y sus pies avanzarán por los campos" (Hab 3:3-5). Quiso dar a entender que es Dios, y que su venida como hombre tendría lugar en el monte Efrem, que queda al sur de la heredad. Y cuando dice "sus pies avanzarán por los campos" ofrece un signo propio de un ser humano. (Contra los Herejes, libro III, cap. 17)

 

Ireneo considera a Jesús como Dios, pero cabe resaltar que los textos que ha citado de la Septuaginta, difieren del texto Hebreo Masorético que tenemos actualmente. Por ejemplo, el texto que supuestamente sería de Jeremías:

 

"El Señor, el Santo de Israel, se acordó de sus muertos que dormían en la tierra del sepulcro, y bajó a llevarles la Buena Nueva de la salvación que viene de él, para salvarlos"

 

 

Es actualmente desconocido. Ireneo lo cita en otros pasajes de su obra atribuyéndolos a Jeremías. Probablemente lo tomó de Justino Martir que también lo cita en su Diálogo con el Judío Trifón. Justino alegaba que los judíos habrían arrancado de la Biblia pasajes de Esdras y Jeremías que se referían a la encarnación del Hijo de Dios.

 

Consideraciones finales

 

Los Testigos de Jehová acusan a los Padres de la Iglesia, y a todas las denominaciones ortodoxas cristianas de ser apóstatas por decir que Jesús es Dios. Para los testigos de Jehová Jesús es "un dios" distinto del Padre. No obstante, si esto fuera verdad, ¿a qué conclusión deberíamos llegar después de leer el siguiente texto de Isaías?:

 

Si no hubo y no habrá otro "theos" junto al Padre, ¿qué tipo de "dios" es el Logos?, ¿cómo pudo ser que el Logos estaba en el Principio con Dios y era un dios [otro dios], sino hubo un dios junto con Dios?. Si Jesús era "un dios" distinto de Dios, entonces sería un falso dios, pero si era verdaderamente "theos", no queda otra opción sino decir que el Logos era Dios, no en persona, sino en esencia. El Padre es Dios, y a su vez Dios del Hijo; pero en cuanto a esencia y unidad de propósito, son un solo Dios (Juan 10:30). Tertuliano describe esto utilizando algunas analogías tomadas de la naturaleza:

 

Aprendemos que la Palabra procede de Dios, y en esta procesión ella es generada, de modo que ella es Hijo de Dios y Dios, por la unidad de sustancia (ex unitate substantiae), porque Dios es Espíritu. Así como el rayo nace del sol, porción de aquella suma, quedándose el sol en el rayo, porque en el rayo está el sol, y no se separa la substancia, sino que se extiende ; así el espíritu nace de espíritu y Dios de Dios (spiritu spiritus et de deo deus). Como la lumbre aunque encienda otras queda entera sin menoscabarse, y no pierde los grados la matriz, aunque de ella se originen otras iguales luces, que si se comunica no se mengua; así lo que nació de Dios es Dios enteramente e Hijo de Dios, y ambos un Dios tan solamente (deus et dei filius et unus ambo), Espíritu de Espíritu y Dios de Dios, en quien solamente hace número el grado de la generación, el modillo de la persona, no la majestad de la esencia, que aunque nace no se aparta; como el ramo, aunque nace no se divide del tronco. (Apologético, cap. 21)

 

 

Es por eso que el Padre también llama al Hijo "oh Dios" y "oh Señor". Este misterio fue ámpliamente debatido por la Iglesia de los tres primeros siglos.