Control Autoritario y Expulsión

21.03.2013 20:51

La organización de los Testigos de Jehová ejerce un control estricto sobre sus miembros. Esta organización está dividida en congregaciones, y cada congregación tiene un cuerpo de ancianos(pastores) que la administra. Cuando un miembro comete una falta que ha sido de conocimiento de este cuerpo, se forma un comité de ancianos que se encargará de juzgarlo.

Este comité se reune en privado con el individuo y según la gravedad de la falta se aplicarán las sanciones de acuerdo a  lo estipulado en un libro que sólo los ancianos pueden poseer. Una nueva versión de este, fue publicada en el año 2010, y  se titula "Patoreen el Rebaño de Dios". Se les instruye a los ancianos a que nadie tenga acceso a este, y en caso de renunciar o ser removido de su cargo, el anciano deberá devolver este libro a la congregación.  Mostraremos  algunas porciones de este  libro a lo largo de  este artículo.

La máxima pena que se le aplica a un miembro es la expulsión. Cuando un testigo de Jehová es expulsado, un anciano asignado anuncia públicamente a toda la congregación que esa persona ya no es testigo de Jehová. En el libro "Pastoreen el Rebaño de Dios", en el capítulo 7, página 101,  se instruye  lo que debe hacerse  en este caso:

Noten que los miembros del comité están obligados a enviar a la sucursal del país un informe sobre lo que sucedió en el comité. La organización conservará estos documentos en sus archivos. La  siguiente, es una imagen de uno de los formularios S-77:

A pesar de que estos documentos informan el nuevo status del individuo juzgado a la sucursal de la organizacón, ninguna copia de estos le será entregada. De esta forma la organización evita problemas legales para que nadie tenga una prueba de su humillante trato. Toda decisión es comunicada verbalmente. La Sociedad Watchtower evita en lo mínimo tener problemas legales para no perder dinero en los tribunales, pero no escatima en degradar a quienes la desafían. No obstante,  las cortes de  justicia que los testigos de Jehová  llaman de "mundanas", por lo menos elaboran  transcripciones de los juicios realizados, y hasta tienen disponibles sus grabaciones en audio. De esta manera, cualquiera puede solicitar la transcripción  o el  audio del proceso para tener conocimiento de cómo fue la realización del juicio. 

 

Por otro lado, en lo que se refiere a estos registros secretos de esta organización, hay quienes defenderán su existencia y argumentarán con cierta medida de razón, que esto protege a la congregación de Testigos de Jehová contra pedófilos reincidentes (u otro tipo de criminales) que se muden a una congregación lejana y quieran cometer sus crímenes enmascarados de una falsa imagen intachable. Sin embargo, demostraremos en otro artículo que esto no ha salvado a los testigos de Jehová de pedófilos. Lo que es un hecho, es que estos registros sirven principalmente como un instrumento de control para protección, no tanto contra criminales, sino contra miembros que  critiquen o no se sujeten a las doctrinas de la organización.

 

Puede darse también el caso de que un miembro sea desasociado. La situación de un desasociado, para fines prácticos, es equivalente a la de quien es expulsado. El trato que se le dará es el mismo. Ninguna persona podrá hablarle ni saludarle ni dentro de la congregación ni fuera de esta. Quien sea descubierto hablándole o saludándole será sancionado. Por ejemplo, si un miembro ya no desea ser testigo de Jehová, enviará una carta de desasociación. Pueden producirse casos en que la acción de un individuo lo desasocia automáticamente de la organización, si esta acción llega a ser de conocimiento del cuerpo de ancianos. El libro "Pastoreen el Rebaño de Dios" estipula en su capítulo 9 que la desasociación automática se da por los siguientes casos:

 

Estas son pruebas del extremo legalismo farisaico de esta organización. Cabe resaltar que lo mencionado a aceptar sangre implica una transfusión por motivos de salud. Lo referente a la neutralidad, esto implica que testigos de Jehová que se afilien a partidos políticos, o que trabajen en cualquier ocupación para una organización gubernamental tal como un Ministerio de Defensa, serán desasociados. Por supuesto, toda organización tiene derecho a exigir a su membresía el cumplimiento de sus normas, pero llegar al extremo de aplicar un ostracismo radical a quienes no han cometido pecados tipificados en la Biblia, tales como los mencionados en las causas de desasociación, es algo anticristiano.

 

La desasociación automática que practica la religión de los testigos de Jehová tiene un paralelo en su definición a la excomunión latae sententiae que se contempla en el Canon 1364 del Derecho Canónico de la Iglesia Católica. El código de Derecho Canónico está publicado en el sitio oficial de internet del Vaticano.

 

¿Qué es la Excomunión Latae Sententiae?

Es una excomunión automática que no requiere de sentencia escrita para su realización. Determinados actos producen una excomunión automática de la Iglesia Católica. El Canon 1364 dice:

 

1364 § 1. El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el ⇒ c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el ⇒ c. 1336 § 1, 1 , 2 y 3.

 

compruebe esta cita en el siguiente enlace:

 

https://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P50.HTM

 

Note que al cismático se le aplica la  excomunión latae sententiae, y el Canon 751 define qué acto incurre en un cisma o ruptura:

 

751 Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.

 

Es decir, el católico que no reconozca la autoridad del Papa es un cismático y esta rebeldía le produce la autoexcomunión. La Iglesia Católica también considera que se debe castigar (aunque no con la excomunión) a los católicos que no eduquen a sus hijos en la fe Católica. Esto lo establece el Canon 1366:

 

1366 Los padres, o quienes hacen sus veces, que entregan a sus hijos para que sean bautizados o educados en una religión acatólica, deben ser castigados con una censura u otra pena justa.

 

La Iglesia Católica ya no practica una persecución como en el pasado, a pesar de que en su Derecho Canónico, que continua vigente, podemos ver vestigios de lo opresiva y fundamentalista que fue en la Edad Media. Vemos que la religión de los Testigos de Jehová aplica la misma opresión ahora.

 

La organización de los testigos de Jehová también exige a los parientes de los desasociados a que no tengan trato con ellos. Leamos cómo este último caso es abordado en el libro "Pastoreen el Rebaño de Dios" en el capítulo 10:

El "trato indebido a parientes", no sólo se refiere a que los testigos de Jehová no pueden saludar o hablar a parientes en segundo grado, sino también se refiere a anular la relación entre padres e hijos o entre hermanos que no vivan en la misma casa. Esta actitud extrema anticristiana está en clara contradicción con la compasión enseñada por Jesús y sus apóstoles. La Biblia no sugiere ninguna sanción de ostracismo de los padres contra sus hijos o parientes. Cada familia tiene el derecho de decidir cómo tratar a sus miembros según sea el caso. La Sociedad Watchtower aplica esta presión psicológica para crear en el expulsado o desasociado una necesidad de volver a comunicarse con sus parientes y amigos, y esto los presionaría a regresar a la organización. Se les inculca a los miembros esta extrema medida como una obediencia y lealtad a Jehová Dios. El desobedecer esto es visto como una deslealtad. El libro publicado por la Sociedad Watchtower "Manténgase en el amor de Dios", en la página 208 dice:

 

Y si el expulsado es un familiar? La lealtad a Jehová pudiera verse sometida a prueba cuando hay de por medio lazos de sangre. En esas circunstancias, ¿cómo hay que tratar al expulsado? Aunque no es posible abarcar todas las situaciones, nos centraremos en dos casos básicos.

A veces el expulsado vive con su familia inmediata. Dado que la expulsión no rompe los lazos de sangre, los familiares no tienen objeción a que siga relacionándose con ellos e interviniendo en las actividades cotidianas del hogar. Sin embargo, por lealtad a Jehová, no pueden confraternizar espiritualmente con el pecador, ya que este ha decidido romper el vínculo cristiano que los unía. Quizás le dejen estar en el estudio de familia, pero sin participar. Ahora bien, si es un menor, los padres pueden darle lecciones bíblicas, pues siguen siendo responsables de su enseñanza y disciplina (Proverbios 6:20-22; 29:17).*

Ahora bien, ¿y si el expulsado no vive con su familia inmediata? En ese caso, los cristianos fieles reducen al máximo el trato, limitándolo a cuando es indispensable atender asuntos de familia. No buscan excusas para juntarse. Por lealtad a Jehová y a su organización, respetan la disciplina bíblica. Quieren lo mejor para su pariente, y con su postura firme quizás lo ayuden a beneficiarse de la corrección recibida (Hebreos 12:11).*

[Notas]

*Los principios bíblicos sobre la expulsión son también aplicables a quienes se desasocian, es decir, a quienes deciden renunciar a su condición de miembros de la congregación.

Una publicación mensual que es distribuída únicamente para los testigos de Jehová, se llama "Nuestro Ministerio del Reino". En esta también se mencionó explícitamente el trato que se le debe dar a los expulsados y desasociados:

 

Este hecho supone una prueba para el cristiano cuando su cónyuge, un hijo, un padre u otro pariente cercano es expulsado o se desasocia de la congregación… sus principios son aplicables tanto a los que han sido expulsados como a los que se han desasociado… De modo que también evitamos el trato social con tal persona, lo que descartaría ir con ella a una comida campestre, a una fiesta, a un partido, al centro comercial, al cine o sentarnos a comer con ella, sea en el hogar o en un restaurante. … si el expulsado o desasociado es un pariente que vive fuera del círculo familiar y el hogar inmediatos… Pudiera ser posible eliminar casi todo contacto con tal pariente.” — Ministerio del Reino, agosto 2002, pp. 3-4

La siguiente es una imagen publicada en la página 31 de la Atalaya del 15 de Julio de 2011:


 

Note que son dos padres que están tristes porque su único hijo ha sido expulsado y decide irse de  casa. Ahora es cuando la revista la Atalaya aprovecha este sentimiento en los padres para colocarles una "espada de Damocles". Veamos lo que dicen los párrafos de la Atalaya que se refieren a esta imagen:

 

Cuando un ser querido deja a Jehová

12 Como bien sabemos, Jehová solo acepta a quienes se mantienen puros física, moral y espiritualmente (léase Tito 2:14). Ahora bien, este principio puede plantearnos pruebas de lealtad especialmente duras. Por poner un ejemplo, imaginemos que un matrimonio ejemplar ve cómo su único hijo abandona la verdad. El joven desprecia la relación espiritual que lo une a Jehová y a sus padres, opta por “disfrutar temporalmente del pecado” y acaba siendo expulsado (Heb. 11:25).

13 Sus padres quedan destrozados. Por supuesto, ellos conocen perfectamente las instrucciones bíblicas para estos casos: “Cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre” (1 Cor. 5:11, 13). Comprenden que la palabra “cualquiera” también incluye a los familiares que no vivan en la misma casa que ellos. Pero experimentan emociones encontradas, pues quieren mucho a su hijo. Por eso, tal vez razonen: “Si limitamos al máximo la relación con él, ¿cómo vamos a ayudarlo a volver a Jehová? ¿No sería mejor ser un poco más flexibles?”.*

14 Compartimos el dolor de tales padres. Ellos no se encuentran en esta situación por voluntad propia. Fue el propio hijo quien, cuando tuvo en sus manos la decisión de corregirse, prefirió seguir en el mal camino, aun sabiendo que eso afectaría gravemente la relación con ellos y con la congregación. Es natural que los padres sientan desconsuelo e impotencia.

15 Pero ellos también tienen en sus manos una decisión: ¿obedecerán las claras instrucciones de Jehová? Es cierto que, en contadas ocasiones, será preciso reunirse con el hijo para atender algún asunto familiar importante. Pero ¿utilizarán esta excepción como excusa para relacionarse sin que haya necesidad? Al decidir lo que van a hacer, no deben pasar por alto lo que piensa Jehová. Él estableció la expulsión con un propósito: mantener limpia su organización y, si es posible, lograr que el pecador recapacite. ¿Cómo pueden contribuir los padres a que se cumpla este propósito?

16 Aarón, el hermano de Moisés, se enfrentó a una situación parecida con dos de sus hijos, Nadab y Abihú. Jehová los castigó con la muerte por haber cometido la grave ofensa de ofrecerle incienso de forma impropia. ¡Qué doloroso debió de ser para su padre saber que nunca más volvería a verlos, hablarles ni estar con ellos! Pero eso no fue todo. Aarón y sus demás hijos recibieron la orden divina de evitar las muestras de duelo acostumbradas: “No vayan a dejar sus cabezas desaseadas, y no deben rasgar sus prendas de vestir, para que no mueran ustedes y para que no se indigne [Dios] contra toda la asamblea” (Lev. 10:1-6). De este episodio extraemos una clara lección: nuestro amor a Jehová siempre debe estar por encima de nuestro amor a un familiar, y más aún si no se arrepiente de sus pecados.

17 En la actualidad, Dios no ejecuta de inmediato a quienes violan sus leyes. En su gran amor, les concede la oportunidad de demostrar arrepentimiento. Claro, si un hijo es expulsado, es porque no ha aprovechado esta oportunidad. Por tanto, ¿qué sucedería si sus padres siguieran relacionándose con él innecesariamente? ¿No consideraría Jehová que lo están poniendo a prueba?

 

 

Hemos leído cómo esta revista coloca en una posición antagónica a padres e hijos utilizando el nombre de Dios. Se impone el concepto de que quebrar una regla organizacional equivale a una deslealtad a Jehová. Este es siempre el argumento que utiliza esta organización para controlar a sus miembros. Es un lavado cerebral contínuo donde se repite el dogma de que desobedecer las reglas organizacionales por sentimentalismo es símbolo de debilidad espiritual. La Sociedad Watchtower repite frecuéntemente esto, como una práctica hipnótica de control psicológico para colocarse ella misma por encima de cualquier vínculo familiar.

 

Como un ejemplo, podemos leer una frase que aparece en una edición interna reciente de la Atalaya del 15 de Enero del 2013, donde se recalca esta sanción ostracista de evitar a los expulsados de la organización, tal como mostraremos a continuación:

 

Esto es típico de la manipulación mental de una secta destructiva, en donde periódicamente se introducen frases que persuaden al individuo a desvincularse de cualquier elemento social que perjudique la uniformidad egoísta que demandan sus líderes. No fue esta forma de disciplina radical la que los primeros cristianos aplicaron, tal como será demostrado en otro artículo.


 

Odio a los Apóstatas

Los que más preocupan al cuerpo gobernante son los llamados apóstatas. Para asegurar que estos "apóstatas" no tengan comunicación con los miembros, se insta a todos los testigos de Jehová  a tener un "odio piadoso" contra quienes se rebelan contra su organización. Rebelarse contra ella, equivale para ellos a una rebeldía contra  Dios:

 

Es más, queremos odiar a los que voluntariosamente demuestran que odian a Jehová, que son odiadores de lo que es bueno. … Expresamos nuestro odio para con éstos, no por medio de querer hacerles daño, ni por desear que les ocurra algún mal, sino por medio de evitarlos como evitaríamos el veneno o una víbora venenosa, pues pueden envenenarnos desde el punto de vista espiritual.” — La Atalaya, 1 de noviembre, 1980, p. 8

 

El odio piadoso es una eficaz protección contra la comisión de males… ¿Estamos haciéndolo? …Los apóstatas están entre los que odian a Jehová y se sublevan contra él. La apostasía es, en realidad, una rebelión contra Jehová. …Otros sostienen que creen en la Biblia, pero rechazan la organización de Jehová y procuran activamente estorbar su obra. …el cristiano tiene que odiar —en el sentido bíblico de la palabra— a los que se han apegado inseparablemente a la maldad.” — La Atalaya, 1 de octubre, 1993, p. 19

 

Note que cuando se dice que estos "rechazan la organización de Jehová" se refiere específicamente a ex miembros que critican  a la Sociedad Watchtower y  hacen propaganda contra ella. Muchos de estos mal llamados apóstatas, denuncian las prácticas antibíblicas de esta organización, y porque colocan en primer lugar la Biblia, son tildados de malvados Para el cuerpo gobernante de esta organización se cumple lo mismo que Jesús dijo contra los fariseos: En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres"(Mateo 15:9).